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Editado por el autor

San Martín: El autor 2012 ISBN 978-887-33-0957-4 CCD B863

domingo, 23 de diciembre de 2012





               ¡Salud!
            La vida en si misma, se justifica bien cuando continuamente se transforma y nos traspasa, pero también -es “muy importante”- si nosotros procuramos cambiarla (es una condición del hombre). En “ella”, parece que todo sucede y aún sucederá más, sin poder agotarnos de sorpresas. Está en nosotros proyectar y quizás, mirarnos a través de los hijos o de nuestros nietos. Entonces ahí, es que dicen que, “el porvenir adquiere o contiene la expectativa de ser mejor”, de predisponer la voluntad y el pensamiento con un entusiasmo inusitado.
         Algún “marco” de ciertas reflexiones viene acompañando los últimos días de cualquier año. Nos trae “algo”, de lo cual nadie que tenga tradiciones similares a las nuestras, puede sustraerse.
        “El impulso de anhelar” y “el efecto del deseo”, tal vez, conforme un volumen espiritual extraordinario del cual no queremos estar ausentes. Por eso, “el discurso”, aunque suene redundante y obvio, siempre confluye, primero en una “tregua” y luego, en que cada uno obtenga, su “mínima cuota de disfrute”.
                                  
Así también, es mi deseo para todos.
                                                                                           
                                                                                           Perezcuper



                                                                                   Sala de Poesía

No se acabó el mundo aún pero lo que si se acabó fue la sala de Poesía de Yahoo.
Y ahora ¿quién podrá defendernos?
Ahora sé lo que se siente al estar incomunicado, imposibilitado de entrar al bar de la esquina y encontrar caras (nicks en este caso) conocidas, saludar a unas y discutir con otras.
¿Podré sobrevivir sin el amable saludo de “marisa_yo”? o el infaltable saludito de ¿”rossmery”?.
No volveré a ver a “ladyhalcón” con su letra ¿guinda?, o a consentida con sus ¿letras de comic sans?
Aún no asimilo que no habrá mas salas, espero un milagro, alguna noticia que me diga que las reabrirán próximamente.
Hubiera querido despedirme de los nicks queridos, de “daxxa”, la chica salvadoreña que tenía el arte de no pelearse con nadie. O de “y vivo_feliz” y su bonita música. Extrañaré a “live_nature” y sus múltiples nicks atacando a unos y otros con su letra negra de siempre. A “ginaperin” y su hermosa voz recitando poemas, a la inigualable voz de “la voz_dormida”.
Me pregunto si “santaelena” ¿sabrá que ya no hay sala?
¿Que hará mi amiga “sincerayleal” cuando se entere? ella que prometió retornar a la sala en unos días, que decepción se va a llevar.
“Maria_sevillana”, “elizabeth oro”, “elizabe1804”, la dama glamorosa de la sala, “heros” y su escritura infantil, “naida” la amable, “amatista” y su elegante letra, chusrmolina la de las ingeniosas respuestas, “sheres_hada” intentando hacer de la sala un lugar de poesía, “tristeza_romántica”, la guapa “carmelita_con_tacones”,  tantos nicks que ya no veré más.
Y los amigos, “perezcuper” y su selecta música, “conciertoolvido” y sus graciosas intervenciones, no había mas que entrar a la sala y sentirse entre conocidos y amigos.
Ahora ¿ que haremos los adictos a la sala?
Parece ser que “live” tuvo alguna premonición y plasmó a estos personajes dignos de la divina comedia en un blog que los conservará en el recuerdo.
“Iconoplasta”, “camila_vera”, “l_mandingo_l”, “astrorey”, “temiro” o “virtual sin rumbo”, “l_pole_l”, “ex_simiuspoeta”, “anabelle”, ¿quien los extrañará?
Claro que muchos ya habían huido de la sala, entre ellas, la mas bonita, “Vanesa”, con su voz dulce y melodiosa, “Marencalma”, la dama y señora de la poesía, los señores “nocturno” y “gaviero maqroll”, los intelectuales de la sala, la señora “solmar”, gran declamadora argentina, la Señora “poesiaenelmar” y la guapa “Anngiels”, el señor “Camerene” que pocos conocieron, “insurrecta”, grandes personajes que aportaron mucho a la sala de poesía en antiguos  y mejores tiempos.
Pero los que quedamos, con peleas e insultos, aún así, éramos felices con nuestra salita, nos sentíamos acompañados y cómodos entre viejos amigos, tertuliando noche tras noche y recibiendo de vez en cuando a algún viejo conocido que venía a visitarnos.
“Mr. Wonderful”, al que yo creía un jovenzuelo y resultó ser un señor con aspecto de gerente, “la magia sos vos” y su fuerza, “peter pan”, “Alberto”, avioncito, “mas_que_tu_angel”, “el demonio de tazmanía”, nicks que a algunos nos pasaron inadvertidos y para otros nos resultaron atractivos, y hasta fascinantes, como me pasaba con “a_paso_lento”.
Se cerró una gran etapa de varios años en nuestras vidas, todos nos sentimos desconcertados, reímos y hacemos bromas para no reconocer la frustración. Algunos tratamos inútilmente de reunirnos en conferencias u otros chats como el Paltalk. Nada igualará a Yahoo y sus excelentes caritas que nos ayudaban a expresar sentimientos. Nuestros familiares y amigos ríen de nuestro desconcierto, no nos entienden, se alegran porque nos tendrán más tiempo para ellos. 
Y me siguen viniendo mas nicks a la mente, “churrosconchocolateycrema”, “carlos fotografo”, “konstanza”, “huella en el aire”, “sintiempo”, “nefriaco”, “mixtecal”, “flor de pantano”, “marisabelalfa”, no terminaría nunca de enumerarlos, fueron tantos y tantos, y muchos de esos tantos tenían varios perfiles, como yo, que de “jorgeluis70”, terminé como “vientoo”, pasando por muchos y muchos.
En la sala encontré muchas amistades que conservo hasta el día de hoy, aprendí bastante de literatura y sobre todo, aprendí a conocer las debilidades humanas, propias y ajenas.
 Sala de poesía, cuanto tiempo invertimos en ti, para bien o para mal, fue tiempo invertido, y como decía “El principito”; “uno ama a la persona por el tiempo que invirtió en ella”, en este caso ella fue la Sala de Poesía de Yahoo.

Yoda

Agradecemos la colaboración De buena fibra por el aporte de este texto leído y musicalizado,  dicho enunciado es de su autoría.




Alma del bosque
                     
Caminando, en un camino de tierra, sin sentido ni rumbo fijo, sin tiempo, sin saber si era real o imaginario, zigzagueando por un bosque oscuro. Grandes árboles alrededor, la luz apenas podía traspasar sus copas y se metía con sacrificio entre las hojas.
Era difícil poder orientarse en el lugar, simplemente quedaba seguir el camino marcado y andar.
El aire se sentía pesado, olor a tristeza y humedad, las hojas y ramas crujían con los pasos y junto al sonido del viento en las copas eran los únicos que se podían escuchar.
Sombras negras en un paisaje negro, no se podía encontrar allí una salida, todo era bosque y al caminar hacia su corazón todo se volvía mas lúgubre, el aire era irrespirable, en su mismo centro.
Sentada en ese suelo húmedo,  alfombrado de hojas y musgos, apoyada en un tronco áspero que se hacía sentir en  la espalda, una figura allí estaba, los ojos cerrados, no se sabía si durmiendo o pensando. Una figura negra que se confundía con las sombras del bosque.
A lo lejos, una pequeña luz, muy despacio se acercaba, una luz blanca y brillante y a su paso el paisaje cambiaba.
Poco a poco, y a medida que avanzaba,  la luz tomaba forma humana.
Una figura blanca a la figura negra lentamente se acerca. Extiende su mano y acaricia apenas rozando su cabeza.
La figura negra, ahora despierta,  se incorpora y ambos se funden en un abrazo que a todo el bosque transforma, la luz ahora es plena, se siente como si arriba se hubiese disipado una gran tormenta.
El bosque escuro cambia totalmente, el aire ahora es puro, los rayos de sol pasan libres entre  las copas y con las hojas juegan, el suelo se transforma en una verde alfombra y los pájaros tranquilos vuelven a los nidos.
La paz, la calma, el color y todo lo bello a ese oscuro bosque regresan de la mano de una caricia que simplemente rozó una cabeza,  como un pequeño toque al alma de ese bosque tan negro. 

De buena fibra





                                                                                   Mi Abuelo José

El viaje a través del tiempo y del recuerdo me lleva hasta mi abuelo materno, nacido en Vigo, España.
A los 20 años se casa y se embarca con su esposa rumbo a América, escapando -como tantos otros- de la guerra de 1914, llegando a Buenos s Aires, Argentina.
Como tantos inmigrantes, no sabía leer ni escribir pero era una luz para sacar las cuentas en la mente, conocía los números y sabía más de política que un erudito.
Su esposa le leía los diarios todos los días y el vivía informado de todo.
Recuerdo que a mis ocho años, mi papá me había hecho una hermosa pizarra con patas, a pedido mío. Me había comprado una caja de tizas blancas y otras con tizas de colores y yo todos los días le enseñaba las letras, su nombre y como unir palabras. Mi abuelo con su Santa Paciencia escuchaba.
Había quedado viudo joven aun y nunca mas formó pareja con nadie, ni siquiera traicionaba el recuerdo de Sofía mirando a otra mujer. El vivía para su recuerdo.
Me contaba tantas historias de cuando era niño. Me hablaba de Vigo, de las viñas, los olivares, las vacas en los pesebres debajo de las casas.
Me aconsejaba que estudiara, que no hiciera como él, que por hacerse “la rata” había quedado analfabeto .
Me hablaba de su hermano que, había estudiado y se había  ido a vivir a Cuba.
A través de sus relatos yo veía los paisajes de España, sus montañas, el puerto de pescadores.  De allí la costumbre, cada  Semana Santa el compraba su bacalao de Noruega todos los años.
Para criar a sus 3 hijos, trabajó de quintero, sembrando papas y batatas, juntador de maíz a mano con maleta, gallinero. Con su jardinera tirada por un caballo, recorría las chacras comprando gallinas, pollos, huevos, que luego vendía a un amigo mayorista.
De su España se vino a un pueblito de la provincia de Buenos Aires, Argentina,  a luchar la vida junto a su esposa y criar a sus hijos. Pero siempre con honestidad y no faltando nunca a su palabra empeñada.
Mientras yo fui chica vivía con nosotros en la chacra, hasta que por su salud que comenzó a flaquear, tuvo que ir a vivir al pueblo con mi tía. También, sabía ir a la casa de su hijo en Buenos aires. Y disfrutaba de su otro nieto, único varón  al que le llamaba Oscarcito. Aprendí mucho de mi abuelo en especial a hacer quinta, podar, injertar frutales o rosales.
De contextura alta, delgada, muy conversador, alegre, me parece escuchar sus carcajadas  y más cuando se burlaba de mi o de algún amigo mío.
Tenía una filosofía de vida muy especial. Cuando venían visitas y mi mamá demasiado generosa comenzaba a cortar verduras o a sacar frutas para darles,  él le decía: “esta bueno, esta bueno”. Tenía claro que, a las personas no se les debe dar más de lo necesario.
Su único hijo varón cumplía años el 25 de diciembre, mi papá, el 31  y mi abuelo el 1 de enero. Por lo cual nos reuníamos para fin de año y se festejaban los 3 cumpleaños.
 Su manera de brindar era muy particular, nunca mas se la escuche a nadie. Decía: “Para que el año que viene estemos todos juntos otra vez”.
Disfrute poco de sus últimos 3 años de vida, ya que me había casado y lo veía poco.
En un ultimo intento  “inútil” por salvar nuestro matrimonio nos habíamos ido 8 días de vacaciones.
Mi abuelo ya estaba enfermo y una noche sueño su velatorio, me desperté llorando y supuse que había empeorado.
Al regreso del viaje nos divorciamos. Y pude disfrutar del último mes de mi abuelo, vivíamos  con mi mamá en la casa de mi tía para cuidarlo entre las  tres. Mi papá iba y venia de la chacra al pueblo.
Yo tenía 22 años y creo que él ya había cumplido los 84 años, cuando partió un domingo de Pascuas de Resurrección.
El día anterior había estado el sacerdote dándole los sacramentos y rezando con él, pues hasta su último momento conservo su lucidez.
Se asombró mucho el cura, de conocer a alguien que sabia rezar mejor que El mismo. Cada noche de su vida pedía por todos sus seres queridos, los enfermos, la humanidad toda y tenia oraciones no conocidas, que solo el cura sabía. Eran rezos que traía de su España.
Pasaron 41 años de esto. Ya no existen ni mis padres, ni mis tíos.
Todos los 31 de diciembre, nos  reunimos en mi casa con mi primo y su esposa y mi hijo y su familia.
En mi ánimo hay un poco de melancolía, por los que ya no están en la mesa. Todos brindamos a nuestra modalidad pero falta el Brindis Especial de mi Abuelo:
“Para que el año que viene estemos todos juntos otra vez”.

Brisa de un pétalo



                           “La vida es un privilegio” (“Viaje al recurso de un mínimo flash”)

Subió la escalera iluminada para encontrarse con el gentío en plena efervescencia, festejando su aniversario. Sintió los aplausos en general. Allí estaban los amigos de toda la vida y los hombres de negocios que hacían de socios, o aquellos que tenían algo en común con ese hombre millonario, rodeado de mujeres muy elegantes y una fiesta tan ostentosa, que más de uno, aseguraba que sería inolvidable. También,  estaba ¡tan cerca! la muerte.


-¡Que me corto las venas con una galletita! –vociferó uno de los conductores de  camionetas, al ver tanta voluptuosidad en aquella señorita que deambulaba por la vereda de esa calle casi desierta. Ella tan liberada de ropa y sin ningún pudor. Claro que, el comentario era válido en aquellos tiempos en que estas cosas no eran tan censurables. Hoy, depende de donde sea, apenas mirar el perfil de una mujer puede traer aparejada una denuncia por acoso sexual.
Luego, la dama en cuestión no se desdijo de lo que quería causar en cada hombre que recorra esta parte del planeta.
A veces, no hace falta tanto discurso para darse cuenta como se movilizan las hormonas.

Allí está la vida en movimiento dejando su impronta. Viaja en cada ínfimo bicho que “reclama su parte”.
Ahí, un insecto puede causar esa impresión:
“Ni siquiera el mecanismo más sofisticado que crea el hombre puede asombrar e igualarse a la perfección del vuelo de una mosca”.
O tal vez, la abuela que sale de la iglesia, que acaba de rezarle a una estatua de yeso o “al hijo de Dios crucificado”. Abuela que puede acumular tanta sabiduría como aquel cientista que investiga y lleva hasta lo más profundo, el conocimiento de lo que a la vez, no es evidente.
La plaza que deja un color violeta en el recuerdo.
La lluvia que lava un frente edilicio.
La última pincelada que indica el fin de la obra de un artista.
La cara del niño que está pidiendo su almuerzo.
Brisa del río o del mar que abraza los arbustos de aquellos médanos.
El camalote que se despega de la orilla.
La rata que se lleva un premio inesperado.
El turbo del aire acondicionado encendido desde hace horas.
La araña teje su paciencia.
Y otra vez… la lluvia que golpea para recordarte.

Octaedro



                                                           Niña

Traduzco lo que se me viene encimando con desorden y alevosía, sacando de mí, ese descontrol emotivo. Aprieto las mandíbulas y con la mordida rumiante llena de amargura -la de quien mastica su propia bronca- siento, ahora sí, que se va anudando el tiempo en conjunción con los hechos, solo para desarmar “la lealtad”.
Voy pergeñando algún pensamiento como para corromper esta ultima virtud.   Desde la terraza donde sopla el viento que trae la oscuridad, veo como queda malherida “la inocencia”. Así, mi postura se corrige y una luz deja en la lágrima que corre, esa “estela” difícil de olvidar.
Te veo niña, te sostengo, y no puedo decir mucho de mi indignidad. La “muestra de perversión”, la que “el energúmeno” provoca para manchar tu tela purísima, dejó en ti, algo que parece, no se puede limpiar. Entonces, “quiere” la caprichosa vida, “fecundarte” para que te conviertas en niña-madre, y sobre “eso”, la voz del vecindario cómplice, te nombra “ramera” para colgarte una ofensa, lastimarte justo en donde más duele.
Sin embargo, fue indiferente para ti el dolor que provoca “el estigma”. La aceptación de esa “luz” que acuna tus brazos, es la que nos salva a todos con tu ternura.
Trece años tienes, más un hijo y “el estigma”.
Desde cualquier jardín, el aroma a pasto -alfombra de gramillón- festeja cada una de tus volteretas de juego y la conversación de miradas que mantienes en secreto con tu prole. Él, en lo alto de tus brazos, creo que ya sabe o sospecha, como hacer brillar una sonrisa.

 De todos los fuegos

viernes, 23 de noviembre de 2012







                            "Fuego, tierra y agua"  Autor: Romántico Fugaz 
                     (50x70 cms. técnica mixta sobre madera: latex-enduido-acrílico)





Niño sordo

Un niño observa a las rosas
y su contento revienta
al ver a las aves hermosas,
y el rumor de las alas
al romper un viento libre,
es apenas un dibujo
que, mudo para este niño,
le está quitando ilusiones:
vaga así su mirada
queriendo subirse al viento
y robarle sus canciones.




-Tus tímpanos están muy quietos
y tus juegos de la infancia 
ya no escuchan.
Tu cuerpo agitado, impaciente
prendiéndose está de mis señas,
y a mis labios te clavas 
arrancándole secretos.
Eres un niño y a mis mensajes
les muerdes temiéndole que se escapen.



Son tus ojos cual tenazas,
tus dientes rasgan la idea
en una biopsia que admiro.
Subirme al viento he querido
para arrancarles sus ruidos
y dártelos a cada instante.

El poeta de los reyes




DOWN



I ntenta e inventa jugando a lo cierto

N aciendo, creciendo; gozando por dentro.

T ienes en el alba tu fuerza creadora

E n ella se nace y en este universo

G anas tu la estrella .Unos seres grandes te dicen avanza,

dicen que tu vales cual senda más bella

y en ella la angustia nunca más te alcanza.

R einando en tu esfuerzo

A si tan inmensa

D ecid a las tuyas, a esas tus fuerzas,

O lviden las brumas...el alba se acerca.



26/07/99

El poeta de los reyes.









8/N -Una figura de contraste Argento,
                                                          la que sale por la boca como un insulto agrio de “una clase” que quiere “anular el voto popular”:
Buscaba una pista en todo, en cada uno de “los pasos que doy”, mientras, la imagen de televisión quería adjudicarse el privilegio de “contar la realidad”.
“De un lado”, el periodista es el único que relata y se hace protagonista a la vez, que muestra a una multitud que desfila con pancartas y las voces que no se escuchan. Mientras, al sumar imágenes, pasan a recopilar como en un montaje, "contando una realidad premeditada” y así, el valor de lo subjetivo estaba en franco aumento, en la cima, diría cualquiera. ¡Tanto! que no hay posibilidad de adjudicar la famosa y mínima “objetividad periodística”. 
Al fin, eso significa, que el multi-medio era el “fabricante del discurso político más pretencioso”.
“Del otro lado”, otra vez, la imagen de personas que se juntan para exponer su queja y el que hace de nexo para "contar" lo que sucede. Pero en esta, el reportero, a la vez indaga con preguntas a los participantes del reclamo. Es la pretensión de juntar argumentos que justifican “la movida”. Por ahí es que va orientado el cuestionario. ¿Qué se escucha?
La traducción de eso que pide la gente es un conjunto de agravioss e insultos con ¡tanta virulencia! que inducen a la violación, sin más vueltas.
“Discurso estéril”, según algún comentarista que posteriormente analizaba. 
No hay forma de sostener un argumento que solo deja la agresión o el odio. Nada que tenga una categoría de “alternativa razonable”. Entonces, semejante movimiento, se diluye sin resolución.


Luego, a la madrugada, la imagen se queda en los ojos de un hombre honesto, creyente y religioso que relata con la emoción en cada gesto, y se vuelve de una franqueza inigualable. 
El cura Farinello, nos cuenta algo así (el relato en su mayoría es textual):

-Están los que dicen: “está todo repodrido” y no creo que sea así. Quiero recordarles que estuve de casamientos, más de quinientos. Y por supuesto, se ve de todo. (No está demás decirlo, la parroquia que él conduce y donde profesa, admite a todos). 
Prosigue: 
-A veces, en algunos, se nota demasiado ese desfile de vanidades y que se escucha en palabras superficiales, casi llega a cierta parte que me choca. Así, la califico cuando solo le dan “valor” a los videos o filmaciones para una ceremonia que tiene “la confirmación del matrimonio”, algo de mucha importancia para los pretendientes que, a la vez, se prometen amor y convivencia.  
Parece que no se ve tanto El Amor sino que diría; les interesa más  filmar el momento. Esa ostentación, que “rebaja” demasiado “lo importante” para darle “valor” a lo que podrán aportar los aparatos. En esto actúo solo como un espectador más.
Felizmente, una mínima parte es así. Sin embargo, hay casos realmente extraordinarios, un hombre se casa con una mujer paralítica, minusválida, en silla de ruedas. Los días previos a la ceremonia vino el hombre a conversar conmigo, y me dijo: 
-Seguramente, usted se preguntará por que elegir a una mujer así. ¿Sabe por qué padre? Por que es una mujer ¡tan buena! Y yo la amo.
Me decía en mi interior, que a partir de confirmar esta unión, ese hombre iba a ser enfermero por el resto de su vida y entonces, fue que me abrazó con los ojos llorosos y me dijo, una vez más:
-Ella es una mujer ¡tan buena! y yo, la amo.
¡Claro que era conmovedor! Se presentaron en el día y la hora de la ceremonia y ahí estaba ella, con la sonrisa y el orgullo de querer llegar y recorrer el pasillo sin ayuda. ¡Tanta cola larga del vestido y más amor en cada uno de ellos! Claro que, a mitad de camino se trabó y él fue, la ayudó hasta llegar a donde estaba parado yo para  "casarlos”. ¡Ahí está la alegría del amor!
Otro caso, para contarles algo más:
La mujer paraguaya que convivía con "su esposo" y soñaba con casarse por iglesia y ya tenían entre ambos, siete hijos. ¡Sí, siete hijos!
A la hora de la ceremonia se presentó ella con un traje violeta. ¡Violeeeta! Era un traje prestado ¡son tan pobres! pero ¡cuanta alegría! Él también, con un saco prestado que le quedaba chico (era de su primo) ¡con tanto amor que se veía en los rostros!
Solo festejar eso, el momento de concretar la ilusión de unirse en matrimonio en una iglesia, algo que siempre soñó esa mujer gordita, con su vestido violeta y llena de alegría.
Ahí está nuevamente, El Amor:
“Ese algo” que nunca es fácil de tener y que no está en todas las personas, por que para amar hace falta mucha nobleza y coraje. Creer, ser niño y ser adulto. Hace falta un poco de inocencia y de candor y mucha alegría por entregar. Eso se nota en cada uno.
Es conjugar -como está escrito en la biblia- padre, hijo y espíritu, las tres cosas que se juntan para crear el amor y que se manifiesta, tanto en el hombre, como en la mujer y que es merito de Nuestro Señor.
Entonces, no “está todo repodrido”, por que esto lo encuentro todos los días recorriendo los barrios y se aleja bastante de las cosas más groseras y violentas.



Así, “el espectador” recopila “algo más”:
                                                                  Ahora o en otro tiempo -no importa ya- se ubica desde “la pantalla”, desde ese “mirador subvaluado”, alejado de lo real y siempre en minúscula, “el no lugar” donde se recompone la lista de participantes.
En esa lista, un hombre y una mujer sin mucha explicación posible, revisan con entusiasmo sus “ventanas del privado”. Cada día que transcurre, coinciden en encontrarse, despierta uno en la otra, cierta cordialidad y reparan en pequeños datos que cada uno quiere compartir.
En el tiempo intercambiado, esa cordialidad es suficientemente abundante, como para decir: ellos se buscan con buen humor y emotividad y suman.
Así, se vuelve como necesaria de repetir la muletilla de casi todos los días.  
Sobre aquello, que parecía una simple charla de intercambio de bromas y carcajadas virtuales, se puso en juego, también, La Inocencia. Lo que redundó, en dos que se enamoraron. Estaba ahí, latiendo un amor tan profundo que, con su densidad no solo provocaba suspiros sino que traía todos los condimentos para concretar un encuentro. “La hora de la verdad”.
La distancia ejercía una presión extra y tal vez, difícil de poder concretar lo que sus corazones ya demandaban con avidez. Ahí, en sus corazones, fue madurando el posible encuentro. Ahí, fue derivando “ese gran secreto de la vida que está en creer”.
Hasta que el encuentro en un aeropuerto se hizo realidad y no hubo desconfianza, ni malentendidos, solo sobrevoló un poco de timidez. Estaban juntos. Él, alguien del otro lado del planeta, ella, pura sangre suramericana.
Hechos que, llego a conocer en detalles muy gruesos, por datos que me aportan pero que son fidedignos. Lo que me convierte ahora, en un cronista privilegiado.
“El espectador”, se hizo invisible, pero ya no asume su rol en “el mirador” que es solo contemplar, sino que festeja, al lado de los protagonistas, en cada movimiento y en cada gesto emotivo que ellos provocan.
Y la vida continuó con sus infinitos condimentos, aquellos en que se saborea tanto la felicidad como la tragedia, y me quedo con un pequeño testimonio de esa mujer enamorada:

-Ella: Estoy maravillada de la vida, de lo que me dio, de lo que me quitó. Espero mucho y se que todo puede ser una pompa de jabón que con el menor suspiro puede estallar en mil pedazos y aun así, me gusta lo que me tocó vivir.
“El espectador”: ¡Decís tanto con poco!... se resuelve bien... puede que por eso “te toca lo mejor”.
-Ella: jajaja… no siempre es bueno que “toque lo mejor”.
-El espectador: Hay veces que sí... ¿como vamos a conocerlo sino sabemos de eso? Sin embargo, sí hay alguien que “le toca” y estamos todos como observando, quedamos maravillados.
Ella: Es verdad
El espectador: Y es para que nos guíe,  para saber que hay algo mejor, que es posible ¡claro que sí! ...y también, crea conciencia de eso, hace que no nos conformemos en tanto no obtengamos algo.
Ella: Es bonito enterarse que “hay algo mejor”, eso nos inunda de esperanza.

Perezcuper

En el camino
se sube a la mirada,
una fantasía escurridiza.

Una brisa ínfima
viaja a la velocidad
de un largo suspiro,
deja entrever aquellas,
las imágenes brumosas
de los rostros escondidos.

Se dibuja algún escenario
desde un lugar desconocido,
llega ese, tu aliento más dulce 
que se alimenta a puro sentimiento.

                                                                             octaedro



Rte.: Manuela y Andrés 
           
Andrés la esperaba en algún lugar que Manuela no conocía.
El día se presentó lluvioso, gran cantidad de agua caía del cielo formando charcos en la tierra y bajando como cascadas por las paredes de las construcciones de ese pequeño pueblo.
Mojada y desorientada comenzó a recorrer esas solitarias calles casi a oscuras.
Al fondo de un callejón angosto divisó una tenue luz. Se acercó despacio y temerosa ante ese lugar desconocido.
Desde afuera vio el interior de un pequeño bar. Un viejo mostrador de madera finamente tallado. En la pared de atrás un gran espejo era el centro de repisas con bebidas. Había unas pequeñas mesas con sillas tapizadas en rojo. La luz tenue provenía de unas arañas que colgaban del techo.
Se sentía acogedor allí, por lo menos seria más confortable que afuera, bajo la lluvia.
Entró despacio, una campanilla sonó cuando abrió la puerta.
Se acercó al mostrador y preguntó por Andrés.
-Allí está –le dijo el hombre haciendo un movimiento con la cabeza hacia un rincón.
-Gracias –le contestó Manuela
Se dirigió despacio hacia el rincón. Allí había un hombre sentado de espaldas con una taza de café frente a él. Se quedó parada observándolo por un momento.
Sentía una extraña sensación, mezcla de sentimientos.
Cuando al fin logró hablar:
- Hola ¿vos sos…?
El giró su cabeza, la miró a los ojos
-Sí vos sos Manuela, sí, yo soy Andrés.
-Sí, soy Manuela
Se puso de pie frente a Manuela y se recorrieron mutuamente con la mirada sin pronunciar palabra, tratando de reconocerse, en verdad si se conocían, pero no así. Conocían solo su interior, sus letras dibujadas en un papel de carta.
Conocían sus formas de ser, de pensar, ambos tenían fotos del otro. Pero ahora no había palabras sino un cruce de miradas.
Andrés reconoció sus labios, esos que ella le estampaba cuando le escribía.
Manuela aspiró hondo y se llenó del perfume que había viajado impregnado en el papel.
Al final, se fundieron en un profundo y prolongado abrazo, el primero, luego de un año.
El mozo se acercó con el café, Manuela lo bebió despacio, Andrés tomaba el suyo, no había sonidos, solo miradas, miradas de dos personas que se conocían y a la vez se estaban conociendo.
Dos personas con una historia de amor surgida a través de cartas, palabras dibujadas en el papel describiéndolos tal cual eran.

No existe diferencia entre la forma de conocer gente en el medio virtual y la de conocerla mediante una carta como antes.
Simplemente, la tecnología inmediatizó el mensaje e hizo que ahora se puedan conocer de manera más completa, cuerpo y voz, pero el fin sigue siendo el mismo: conocer.
Tanto antes como ahora pueden surgir grandes historias de amor y amistad.

De buena fibra


La Abuela


Me voy lentamente en un viaje de recuerdos lejanos; me veo menudita como de  cuatro años, con rulos rubios a la fuerza, por el deseo de mi madre de que yo fuera crespa como mi papa y mis tíos.
Entonces, una vez al año me sometía con su peluquera a “una permanente” en mis cabellos finitos, que me sacaba cascarones en el cuero cabelludo y yo odiaba. Pero ella veía a su hija con rulos.
En verano tenía los cabellos rubios y la piel morena, ya que disfrutaba del sol y de la tierra. Solía usar una vinchita de metal dorado para sujetar hacia atrás los bucles.
El viaje en el recuerdo me lleva a la casa de mis abuelos paternos, donde se destacaba mi abuela.
Al trasponer la puerta del patio, veo los cinco jazmineros en fila india, como guardianes, cubriendo todo el camino con ese perfume continuo. Llego a la gran cocina donde veo a mi abuela -petisona y regordeta- sentada en una silla con asiento de paja, descansando al costado de la mesa contra la pared, luego de haber amasado en una gran mesa de madera rustica, llena de ravioles de verduras y pollo. En el ambiente, un apetecible olorcito a estofado de pollo, el cual  ella le daba su toque personal con clavo de olor y colocándole tres o cuatro cabezas de ajo enteras con su piel.

¡Que pena que la vida me la llevo siendo yo tan pequeña!  ¡no había cumplido mis 6 años! Son pocos los recuerdos pero profundos...
Todavía siento el calor de sus manos cuando me tiraba “el cuerito” por que me empachaba seguido, así me decían. Y mi Abuela con toda su calma, ponía algo de ceniza de la cocina a leña en una taza enlozada, me llevaba a la habitación, me cruzaba en la cama y me friccionaba con la ceniza. Todavía creo sentir ese calor ardoroso previo a los tironcitos armónicos que me daba, que iban subiendo y desprendiendo la piel y que ya no me dolía.                                                     

Brisa de un pétalo



La gallina Pinta

La gallina pinta es un platillo sonorense que se prepara, aunque no lo crean, con carne de res y no de pollo, nixtamal (grano de maíz), frijol, chile y... 
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Tiempo total: 3 horas 5 minutos
Ingredientes:
Porciones: 10
1 1/2 taza Nixtamal
1 1/2 taza Frijol
1 cabeza Ajo
1 Chile güero
1 Chile verde
1 Cebolla blanca mediana
1/2 Tomate bola
1/4 cucharadita Pimienta en polvo
300 gramos Costilla de res
300 gramos Rollo norteño
300 gramos Carne para cocer
Limón, sal y chiltepín en polvo para sazonar
Modo de preparación
Preparación: 5 minutos | Cocción: 3 horas
 1.
 En una olla mediana con agua casi hasta el tope pon a cocer la carne a fuego medio alto. Tapa la olla y cuando empiece a hervir destapa y saca toda la espumita café que tiene.
2.
Toma una olla grande y pasa la carne a esta. Toma un colador y cuela toda el agua hacia la olla grande para quitar toda la espuma posible.
3.
Usando un palillo de dientes haz alrededor de 12 pequeños orificios en cada chile y en la cebolla y agrégalos a la olla junto con el ajo. Déjalo cocer a fuego bajo y cuando hierva pasa un comal por debajo. Cocer por 2 horas.
4.
 Después de las dos horas, saca un pedazo de carne de la olla y pruébalo. Si la carne está cocida, agrega el nixtamal y a los 10 minutos agrega el frijol junto con la pimienta y el tomate bola.
5.
Cocínalo hasta que el frijol y el nixtamal estén tiernos.
6.
Sirve en platos individuales y sazona con chiltepin, sal y mucho limón.
Espero haya salido todo y con que cada uno añada un poquitín de su cordialidad, una taza completa de buenos deseos, una cucharadita de amistad, así como un kilo de paz mundial y ofreciéndolo a todos los que en su camino se encuentren, tendremos la bendición de que podríamos hacer un mundo más feliz y unidos por un guiso que a cualquiera, creo yo, ¡¡les encantaría!!...
¡He dicho cues!
Lucrecia Amova





                 "Amanecer" Autor: Romántico Fugaz ( papel canson con pasteles a la tiza)

domingo, 11 de noviembre de 2012


Agradecemos la colaboración de Perezcuper por el aporte del video con música de Vangelis Papathanassiou y fotos extraídas de Internet 




A pesar de que mi alma lastimada
puede ser alimento ideal de la malicia,
ahora mismo me sobrepongo a cualquier intento de amargura.
Por que ya sé, el “estandarte” que identifica la plenitud,
es también, protagonista en las “comedias” de la vida.
Por eso, desde aquel cerro en que viaja montado mi suspiro
observo como se hace amigo del viento.
Si fue capaz el sol de llenar todo de colores,
solo me veo rondando los cielos azules.
Entre las ramas, donde se sostienen mis patas,
salpico mi canto en el aire.
Es sabido que el “pájaro de fuego”,
deja por las tardes -para alegría de las nubes- los colores del crepúsculo,
pero sin mediar pacto alguno,
ya contagiado de lo que trae “el hijo del viento”,
en mi vuelo, siento que se refrescan las alas con las aguas del mar.
Aquí voy desafiando la fuerza de alguna ley universal
o solo obedeciendo lo que dicta la sangre.
Esa energía cósmica que provoca la marea, me acompaña
y como si fuera una increíble criatura alucinada
me revuelco en el aire, en el agua, en el aire, iluminada.

Ruben J. Ayala (extraído del libro "Tratado del viento" página 49 )




Primera advertencia: Entumecer la actividad sentimental para que el músculo que se inflama no  regurgite tanta sensación de vida, puede explotar. 

Segunda advertencia: El lector tendrá, como siempre, que ser interactivo y a veces, “jugar de alguien desprevenido”. Adoptar la posición cómoda y contemplativa para luego, “volcarse” hacia alguna que otra actividad intelectual, la que puede ser tomada por “los hombres de acción”, apenas, como algo afeminado. Ja.

“El poema, es una suave y prolongada oscilación entre la sonoridad y la armonía”. (Valery)


Un divague

Sobre la hora del “concierto”:
 -¿Quién sabrá en que momento se inicia o termina?
Van acercándose a “la pantalla”, nombres que se agregan a la lista y serán participes de lo que vendrá.
           
El “concierto” demora cuando pretende refugiarse en la noche y se adivina que el desvelo, es solo una consecuencia de los ojos que indagan en la propia oscuridad. Aunque Macedonio Fernández decía: “No todo es vigía la de los ojos abiertos”.
“A la hora de los búhos –sentenciaba Leopoldo Marechal en su Adán Buenosayres, felizmente- llega el fin  del cacareo de las gallinas” o mejor dicho, de las voces de los mercaderes y luego, anunciaba la llegada de los bohemios. Algunos de “ellos”, hasta eran identificados como parte del equipo de “los ases de la tertulia”.

Entonces, a partir de ahora se autoproclama “el espectador”.

-Aluciné, que todo está por dibujarse.

Una persona separa en pocos movimientos las razones del corazón y el pensamiento. Desde la pasión por la palabra, se destraba todo acertijo.
Él se decía:
-Hay que ejercitarse en como tejer oraciones, en como aplicar nuestra música hecha de palabras, en como desarrollar está historia que no es más que, algo así como una nube de emociones. Un “no lugar” que se conjuga con el nudo de tu temperamento.

Salió de su letargo y golpeó en la puerta de un vecino con la idea de desprender de él, las oraciones más sentidas. Sumó paciencia, respiró profundo cuando supo que el vocabulario que usa habitualmente -su vecino- es abundante y según él, “ondula fresco e inspirado”. Desde su entender, también, buscó muchos argumentos para acostumbrarlo a dejar sus prejuicios.
Ahora, aquí estamos todos sus personajes, buscándolo para saber como nos lleva por la vida. Estas son las razones por las cuales, dice crearnos:

“La más antigua de las formas de luchar contra la muerte -según su parecer- es convertirnos en sujetos silenciosos, que van protagonizando o madurando leyendas (en el pensamiento) para luego, aprender a divulgarlas”.

(No está mal. ¿Acaso no habrá que crear la forma de evitar el avance de “los refutadores de leyendas”?)

Convencido de que, “compartir lo emotivo puede ayudarlo a rastrear sus intenciones de manera más clara”, va seleccionando palabra tras palabra y divaga en ellas “el sentido profundo de su creencia”, se dice:
-“…en la búsqueda del hecho estético puede entrar algo que nos insinúa la salvación, que puede ser terapéutico e incluye a los demás”.

Ahora enuncia lo que recuerda de alguna publicación:  
                                                                                Pensar que el poeta se detiene solo en la búsqueda de lo bello para trascender, es subestimarlo. Lo que desea es hacer trascender “la poesía”. Eso es lo que lo inquieta, la convicción de que “la poesía en algún lugar, de algún modo puede cambiar lo establecido”. Hay tipos que se jugaron (o tal vez, se juegan) la vida, solo por escribir lo que sentían o creían con firmeza y decisión, y a partir de eso actuaban, divulgaban, comulgaban con esas creencias. Lo importante para el poeta, entonces, es que "la poesía perdure".
En algún reportaje de no sé quien -disculpen por el dato extraviado- solo me convenció este argumento: “alguien puede ser poeta y otra cosa, pero nunca, otra cosa y poeta”. Es decir, “aquello”,  al declararse seriamente -aun convencido de que solo se puede ser “un aprendiz”- tiene implícita una forma de vida y ya no pasa a ser algo agregado.

Otra afirmación que lo guía, la describe así:
-“La  dicotomía, traslada la razón y la sinrazón, el consciente e inconsciente, hacia lugares en que el predominio de lo primero va intentando suprimir a lo segundo, sin dejar bien sentado que ambos son parte de la misma construcción y que no debería resumirse en la simpleza de que uno, elimine al otro”.

Luego, se repite:
“De lo súbito que lleva nuestra sexualidad, se dispara la forma de acercarse al otro y es motor de vida plena. Y así, de lo que resulta nuestra poética se muestra algún camino sinuoso hacia lo creado, por que en lo creado, se incluye a la sinrazón”.

     ¿Será que, como “un entusiasta de las tertulias”, “el espectador” moldea la metáfora y después, busca a los demás para ser participes necesarios y creativos?

-Aluciné, que todo está por dibujarse. (Sí, otra vez)

“La pantalla” recorre la mística de cada uno de nosotros. “Algo”, que puede ser sentido en algún momento, como “un suspiro”, por el hecho de “estar cerca del otro” y que resuelve bien, una comunión tan intima entre pensamientos.
Se va dibujando la ilusión de mirarse a través de una profunda amistad o ¿por qué no? un amor platónico que quizá, se transforme en real, y que ¿nadie pudo ejercitarlo?
Será que también ahí, está una buena forma de luchar contra la muerte.
Está latente lo sublime y quien pueda vivirlo, tal vez, sea quien “se maraville para después maravillarnos”.

Apenas, la vida, en sus entuertos casi indescifrables nos proyecta hacia necesidades y desvían hacia algún camino impredecible, eso es suficiente y no sé por qué, pero la imaginación se hace aventurera, saca sus virtudes extraordinarias, navega en la fantasía como si fuera que ella es prodigiosa e infinita, por lo que se puede aportar “lo increíble”, desde la ilusión.

Esto también, puede ser una forma más de querer ser atraído y de atraer, nada  esta del todo escrito ni tiene una estructura, para decir: “esto es así o no lo es”.
A veces, de tanto que acontece, hasta podemos soñarlas y ni siquiera hacer participes a nadie. Otras, queremos que nos sueñen.

Parece que ya no es tan simple... la vereda virtual es casi una imaginería.

A pesar de que puede ser un intercambio de palabras intensas... no termina en un discurso mínimo, no solo es esto; leer la pantalla, gastar una sonrisa o enojarse o enternecerse con el que escribe. Aquí vale que, estemos en esa comunión que nadie puede medir su fuerza a la hora en que la intimidad de nuestras reflexiones tienen una dimensión superlativa.
Reconozco, de carne soy, cuando una vez, una señora me dijo "usted, es muy básico” ahí sí, admití que “la carne es débil”…ja
 Apenas se establece una mínima relación de acercarse por que, tal vez, hay un ínfimo atractivo mutuo y que por supuesto, no hay explicación de que manera se establece, ya empiezan los conflictos de poderes...y “ellas”, parece que categorizan,  dicen de nosotros “los come yugulares”…jajaja
Ni victimas ni victimarios.
Somos hombres, nada más, personas que sabemos que una mujer es diferente y tanto lo es, que esa diferencia resulta extraordinariamente atractiva (desde siempre, en todos los ámbitos ¿por qué dejaría de serlo aquí?).
Pero claro, tantísimos años de sostener penosamente nuestra animalidad, mientras ustedes (las mujeres) aprenden cuales son las armas preferidas para seducir. Ja
Ahí están esos bichos básicos (nosotros) que parece que creemos en nuestras extremidades como factor preponderante de la supervivencia de la especie y escapamos de lo sublime. Ja
Ahí están, las que exacerban su instinto femenino para luego, hacernos saber que es el producto de no haber pensado durante siglos (es una broma machista de A. Schopenhauer)....jajaja
Aquellas  que, apelan a su desnudez hasta en lo metafísico, es entonces, que aparecen ¡Pobres los  hombres del mundo! pensando en como producir la superpoblación del universo.
Así estamos nosotros, en esta vereda cibernética que nos atrapa por su increíble impunidad ante todos, pero principalmente, ante la presencia femenina. Solo, para  decirles una vez más "cuanta admiración les tenemos, cuantas vibraciones sentimos que vuestra música, es la que realmente nos hace vivir”. Al fin, siguen siendo la criatura que fascina.
Muchas veces, lo he dicho con tanta devoción y me escupieron como si fuera una mentira que mancha...pero sabe Dios cuanta verdad había en cada palabra y en mi alma.

Y hasta, caminaba por el suburbio como aturdido, sin saber de peligros de madrugada. Revivía en cada letra que repasaba. Unía “los mundos” con algún intento de poema y de aquello que, aporta “el otro”, algo que uno cree que es recíproco

Así andamos mirando nuestro mundo interior.

Perezcuper





¿Donde estás?

¿Que acontece por ese
 lugar del mundo
donde un racimo de estrellas
 te lleva en vuelo interplanetario
y te aleja tanto de mi?
Entre mirar la pantalla y el cielo,
entre escuchar algún
rumor de la montaña
y como se comporta
la noche a tu lado,
desde ese susurro que sale de “ella”
 para viajar hasta aquí
y acompañarme con tus pensamientos.


Así, estás vibrando
con el aleteo de los picaflores
y dejando que la vida te traspase
para seguir contagiando.
Ya estás hecha de flores silvestres,
de suspiros de cóndores,
de cantos que vuelven
de las entrañas del cerro,
y se hacen fluido en las quebradas.
“Así eres tú. Así sos vos”.
Deja no más que,
todo transcurra a tu alrededor,
sabes desde siempre como pintar
de colores vivos con cada sonrisa.



Y no podrán librarse
de esa sonrisa, ni las piedras.
Apenas, sienten que
esta cerca tu ternura,
se  ablandan, dejan de estar duras.
 No sé que ves,
pero yo te  veo así.
Te veo derramándote
 desde alguna estrella,
 con lo agreste adherido
en cada vello que te conforma.

De todos los fuegos...









Dormida

-¿Vos también seguís dormida
alimentando tus sueños?
¿Te fuiste “apoliyar”?
¿estás ahí?
Me quedo atragantado
con los helados del tanito Carpi.
Y canto solo, justo,
después del mediodía,
buscándote en la calma de la calle
en el barrio de Monserrat.

Mientras, “algo” de tus sueños
se va escapando,
para que se transforme
en la bruma que perfuma tu rostro.
Hasta, parece que vas a “cabecear”
en la esquina de esta ventana
para ponerle emotividad.
Entonces, adquiere
tres dimensiones la imagen.
Tiene tu cuerpo y se endulza
con una sonrisa,
es parte de alguna gratitud
que te llena de misterio,
y asoma entre tus labios,
con sutileza.

¿Que pasa con esos rulos?
Deben estar en rebeldes.
Se acomodan sin orden
para incomodar,
y casi dictando una transgresión.
¿Que pasa que late fuerte la yugular?
Tal vez, al recorrer
tanto camino de “montaña rusa”,
tu sangre llega a la carótida,
 para disfrutar esa caída libre
desde tu garganta
hacia “el abismo de tu escote”,
solo, con la intención
de sorprenderme
en el regocijo.

Octaedro




Realidad de lo virtual o virtualidad de lo real

Los afectos tienen distintas formas de expresión, así como, muchos medios de dar y recibirlos.
Algunos, que aun se oponen irremediablemente a los beneficios de Internet  descreen que este sea un medio donde se puedan dar y  recibir afectos y en su descreencia, se pierden momentos instantáneos de sentirse queridos y valorados.
Es verdad que las relaciones interpersonales son importantes.
Es verdad que no hay nada comparado a ese abrazo a otro cuerpo en un cálido contacto, ese roce suave de los labios en la mejilla, esas manos que acarician y consuelan, esas son expresiones placenteras al momento de recibir afecto.
Pero cuando estamos en la soledad, cuando no tenemos a quien recurrir en ese preciso instante, cuando en lo oscuro  de la noche, en el momento en que todos duermen, nos encontramos solos, existe ese mundo al que llaman virtual.
Es en este mundo, en el que  se mezcla lo virtual con lo real, es que a ambos lados de un monitor hay personas, personas con sentimientos, personas que se expresan, que cuentan sus vidas a su manera.
Alguien, con justa razón o simple experiencia, puede descreer de lo que  pasa, puede argumentar que allí hay gente mala, gente que no dice la verdad, que todo lo disfraza.
¿Pero no ocurre esto en la vida llamada real también?
¿Cuántas veces hemos confiado en alguien al que vemos y luego sabemos que no es lo que mostraba?
Yo he tenido amistades llamadas reales que en verdad eran mentiras y tengo amistades reales muy verdaderas.
Y también he tenido en mi mundo virtual amistades que fueron grandes estafas y amistades que son grandes realidades.
Y en lo oscuro de la noche, y en aquellos momentos en los que mi alma buscaba mimos, caricias cálidas al corazón, las encontré también allí, en mi mundo virtual, amigos sin voces, pero llenos de palabras con afectos, con mucho para dar y recibir. Afectos instantáneos, ternuras en el momento.
Y si, cuando me resultan poco los afectos reales, cuando mi alma esta sola, recurro a ellos, ellos que no necesitan ver mi cara, ellos que con solo decir una palabra pueden saber cómo me siento y me dan los abrazos y besos que tanto me hacen falta.
Y si, es allí en ese preciso momento cuando lo real se mezcla con lo virtual y persigue una sola cosa: hacer sentir bien a quien está al otro lado de la pantalla.

De buena fibra